* San Pablo, nos narra cómo aún las adversidades de la vida, nos acercan a Dios.
Él, aún siendo el Apóstol, como lo llamará San Agustín, tiene “una espina clavada en su carne” que lo hiere. Y recibe de Dios la respuesta que a todos nos debe conmover y confortar: “Sólo mi Gracia te basta”.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere. Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.
Él, aún siendo el Apóstol, como lo llamará San Agustín, tiene “una espina clavada en su carne” que lo hiere. Y recibe de Dios la respuesta que a todos nos debe conmover y confortar: “Sólo mi Gracia te basta”.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere. Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.
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