Hoy la Liturgia nos invita al Compartir.
Sin límites, sin esperar nada a cambio, sin contemplaciones, poniendo todo de nosotros para saciar el hambre del mundo: el hambre material; el hambre espiritual; hambre de silencio, entre tanto ruido; de paz, entre tanta guerra; de amor, entre tanta discordia, odio, violencia...
¿Estamos dispuestos a compartirnos, libre y plenamente por el bien de nuestros hermanos, a imagen de Jesús, que se entregó por todos?
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