jueves, 2 de julio de 2009

EVANGELIO: Mc 6, 1-6a

* Jesús vuelve a su pueblo, a los suyos que creen conocerlo. Tanto así, que saben de su parentesco y donde vive. Pero esto no basta para conocer a Jesús, para estar en Comunión con Él: hay que creer en Él y creerle a Él.
Es lo que nos pide hoy: no basta con ir a misa, hacer cursos, o tener una actividad pastoral: día a día, y en las cosas de todos los días, debemos sentirlo como verdadero Dios y verdadero hermano nuestro. Así podremos dejarlo entrar en nuestro interior y que obre milagros y prodigios.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe.
Palabra del Señor.

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