Este es el tiempo ordinario. Es la oportunidad para seguir a Jesús en lo cotidiano, paso a paso por su camino. Es la oportunidad de descubrirlo en el día a día, como sus discípulos en la intimidad de un grupo de amigos.
Hoy la Liturgia nos invita a entregar nuestras dolencias y temores a Dios. Tenemos que seguir nuestro corazón guiados por la fe y dejarnos ser instrumentos de Dios en sus manos. Testigos de nuestra fe debemos llevar la Vida, que es Cristo, a todos los que se encuentran con nosotros.
Hoy la Liturgia nos invita a entregar nuestras dolencias y temores a Dios. Tenemos que seguir nuestro corazón guiados por la fe y dejarnos ser instrumentos de Dios en sus manos. Testigos de nuestra fe debemos llevar la Vida, que es Cristo, a todos los que se encuentran con nosotros.
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