sábado, 1 de agosto de 2009

SALMO: Sal 77, 3-4. 23-25. 54

* El Salmista recuerda no sólo el paso de sus padres por el desierto por cuarenta años, sino que a cada paso, Dios estuvo con ellos.

R. El Señor les dio como alimento un trigo celestial.

Lo que hemos oído y aprendido, lo que nos contaron nuestros padres, lo narraremos a la próxima generación: son las glorias del Señor y su poder. R.

Mandó a las nubes en lo alto y abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ellos el maná, les dio como alimento un trigo celestial. R.

Todos comieron un pan de ángeles, les dio comida hasta saciarlos. Los llevó hasta su Tierra santa, hasta la Montaña que adquirió con su mano. R.

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