sábado, 1 de agosto de 2009

PRIMERA LECTURA: Éx 16, 2-4. 12-15

* En este relato del libro del Éxodo podemos ver por un lado, la acción sacerdotal de Moisés intermediando entre las necesidades del Pueblo de Dios, peregrino en el Desierto y la acción misericordiosa de Dios en respuesta.

Hoy estamos llamados todos a orar, sin cesar, con convicción, gracias a nuestro bautismo, por nuestras necesidades, y las de nuestra comunidad: familia, sociedad, país, por todos los hombres y mujeres del mundo.

A veces podrá parecernos que Dios no nos responde, pero estemos seguros que siempre nos oye y que con eso, es suficiente para empezar a transformar nuestro entorno.

Lectura del libro del Éxodo.

En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón. "Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea". Entonces el Señor dijo a Moisés: "Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley. Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estos términos: 'A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo, el Señor, soy su Dios'". Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices que cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocío alrededor de él. Cuando ésta se disipó, apareció sobre la superficie del desierto una cosa tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra. Al verla, los israelitas se preguntaron unos a otros: "¿Qué es esto?". Porque no sabían lo que era. Entonces Moisés les explicó: "Éste es el pan que el Señor les ha dado como alimento".
Palabra de Dios.

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