sábado, 14 de febrero de 2009

Salmo: Sal 31, 1-2. 5. 11

R. ¡Me alegras con tu salvación, Señor!

* ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta! ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez! R.

* Pero yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: "Confesaré mis faltas al Señor". ¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.

* ¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos! ¡Canten jubilosos los rectos de corazón! R.

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