sábado, 1 de noviembre de 2008

Salmo: Sal 26, 1. 4. 7-9. 13-14

R. El Señor es mi luz y mi salvación.
O bien: Contemplaré la bondad del Señor.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su templo. R.

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz; apiádate de mí y respóndeme! Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. R.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.

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