sábado, 25 de abril de 2009

PRIMERA LECTURA: Hech 3, 13-15. 17-19

* La penitencia es sólo un gesto exterior de la verdadera conversión: Aquella que nos hace hijos de Dios para proclamar su Amor por todos nosotros.

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

En aquellos días, Pedro dijo al pueblo: "El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes. Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías debía padecer. Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados".
Palabra de Dios.

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