Alégrense, el Señor está cerca. Ese es el mensaje de toda la Liturgia de este día, en que puede no usarse el color morado (típico de Adviento) y usar uno más claro.
Pero, ¿por qué debemos estar alegres? Porque toda nuestra esperanza está fundada en la Fidelidad de Dios. Y Él vendrá a proclamar un año de gracia, a sanar los corazones heridos, a darle sentido a nuestra vida, en medio de sus luchas, contradicciones y tristezas. Verdaderamente, debemos estar alégres: Dios viene.
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