sábado, 28 de marzo de 2009

“Si el grano de trigo no muere: queda solo”

Domingo V de Cuaresma
Encuentro Vocacional Agustiniano
Lugar: Rosario (Santa Fe)
Fecha: 17 al 19 de Abril

Para más información comunicate con nosotros a:
quieroseragustino@gmail.com

LA CONVOCATORIA DEL SEÑOR

Estamos llegando al momento de la hora del Señor, el tiempo de la Reconciliación con el Padre Creador. Jesús nos invita a contemplar el misterio del Amor, misterio que pide del sacrificio, ya que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, se queda solo, pero si muere, da mucho fruto. Jesús muere por amor a nosotros para darnos Vida y Vida en abundancia. Respondamos coherentemente a esta entrega generosa que hace Jesús. Nuestra vida debe ser seguimiento del Maestro y servicio del hermano, porque el que sirva a Jesús será honrado por el Padre.

Pensamiento de San Agustín

“Convenía que la sublime grandeza de la glorificación fuera precedida por la humillación de la pasión”

PRIMERA LECTURA: Jer 31, 31-34

Lectura del libro de Jeremías.

Llegarán los días <> en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque Yo era su dueño <>. Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días <>: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan al Señor". Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande <>. Porque Yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 50, 3-4. 12-15

R. Señor, crea en mí un corazón puro y renuévame en mi interior.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.


Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.
R.


SEGUNDA LECTURA: Heb 5, 7-9

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos: Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquél que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Palabra de Dios.